domingo, 22 de agosto de 2010

ricardo e. molinari

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VII
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Ya no volveré a tí -luna de tierra-
...quedate en tu cielo derrumbado,
con tu piel perdida, mojada en la lluvia.
Con tu soledad llena de espejos,
con tu dolor partido como una fruta.
Yo quiero volver a otro día, salir
de tu sed
sin dejar un solo beso sobre una cornisa;
salir igual que una llama cubierta
de espumas
y cenizas,
a un nivel de las flores.
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Huir. Huir hacia donde el mar no lleve
...cariño
sobre las hojas,
donde no haya asfixia y tu nombre de piedra
y espinas
se oculte entre montones de arena y de
...conchas
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Pero el amor es el amor, y nadie puede
...desterrar una raíz de plata
con destino y latidos. Con una sombra inmóvil
...cubierta de memoria: con su casta de
...alma,
con su paisaje resbaladizo y sus manos
de vidrio quemado.
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Si yo pudiera olvidar sin oírte, sin dejar
la huella de mi cintura temblando
en el aire. ¡Pero el amor es el amor, y el
...tiempo mueve juncos y adelfas
para que se encuentren con la muerte!
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Ay! amor, -luna-, qué soledad de piedra
...envejecida
llevo en el pecho. Río sin cabellera, aroma
...entre plumas.
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Cuando pienso que nunca he de volver
al frío
qué ganas me llevan de talar un árbol
de quebrar el ala de una paloma,
para que ella disfrute
un amor enloquecido.
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(Cuando uno vive alegre que bien le debe
...caer
el canto de la noche
sobre la carne. El canto de la noche ¡Agua
...y pinos!... Quién viera tu niebla
oscura, ala de frente, plumón muerto,
aire de vino desdichado.)
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Pero tu muerte ya no es tu muerte
sino dos días que se destrozan
como mares llenos de peces
y lanzas.
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El mar, el mar, con su espalda de olas
sobre una maternidad de arenas.
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Pero yo quisiera volver a otro día. Siempre
...he soñado, perdido en la sombra,
buscar una rosa de hielo con su hoja
de viento.
- La rosa que no verá la multitud,
la que espera, como yo, un largo día de fiesta
a orillas de un río del Invierno.
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Adiós, junco húmedo, oscuridad de verano
...entristecido. Hasta nunca,
si nunca es volver alguna vez: estas palabras
como una flor
en su lecho de polvo, con su nunca, amando,
...en la garganta;
con tu sombra inmóvil, preferida.
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¡Raíz de nieve, ocioso viento!
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Este poema pertenece a El tabernaculo (Ediciones del Dock, 2001)
y aparece por cortesía de Ediciones del Dock
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Ricardo E. Molinari (1898, Bs. As. - 1996, Bs. As.)
Impactante poeta argentino perteneciente a la generación de Borges, Girondo, Marechal, Gonzales Tuñón... Publicó una extensa lista de poemarios y plaquetas por los cuales recibió el Primer Premio Nacional de Poesía, el Gran Premio de Honor de la S.A.D.E., el Premio de Honor del Fondo nacional de las Artes y el Gran Premio Consagración. Algunos de sus poemarios son: El imaginero, El pez y la manzana, Panegírico de Nuestra Señora de Luján, Hostería de la rosa y el clavel, El tabernáculo (reeditado en 2001 por Ediciones del Dock), La tierra y el héroe, Mundos de la madrugada, El huésped y la melancolía, Esta rosa oscura del aire, Días donde la tarde es un pájaro, Unida noche, Un día, el tiempo y las nubes (antología), La escudilla, A la sombra del pájaro tostado (antología) y El viento de la luna.

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